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domingo, 13 de marzo de 2011

Teorías sobre la flotabilidad III

EL HUNDIMIENTO

Llevo toda la semana intentando escribir un cuento. Uno que sea una verdadera teoría de la flotabilidad. Pero de verdad, nada de esos intentos literarios que estaba haciendo. Un cuento que nos dé la clave de la flotación y te salve, y nos salve, del hundimiento.

Esta semana iba yo montada en mi cometa de papel, balanceándome en la suave brisa marina, arriba y abajo, como siempre más allá de la nada, centrada en la construcción de castillos de naipes o teorizando sobre el color de la hora blanca de la mañana...que es de todos los colores menos el blanco... Y entonces te vi allá abajo y entusiasta bajé a saludarte ¡tanto tiempo hacía que no te veía! Habían pasado meses y fronteras y océanos entre nosotros. Floté con mi cometa a babor o estribor (nunca lo supe) de tu barquito de papel. Y sonreí alegre. Escribiendo teorías sobre flotar y te encontraba justo ahora, a ti que habías inventado la contrucción de barcos y aviones de papel.

Y es que de las personas que conozco, que hablan y se llenan la boca de propuestas para sacar a esta sociedad a flote, eres de las pocas que se remangó y quiso hacer algo. Y así comenzó la hisotria de tus barquitos.

Nadie entendía que hacías para arriba y para abajo tan ajetreado entre tantos papeles, panfletos, carteles de protesta... Nadie entendía que era los materiales, los materiales de tu primer barco. Con ellos querías traer la sociedad a flote. Pero no entendieron.

En el camino te encontraste con muchas dificultades. También con nuevos apoyos, nuevos soñadores, nuevas personas, nuevas perspectivas, eso sí pocos dispuestos a embarcarse en un cambio profundo, miedo a alta mar y a los tiempos de tormenta. Que los habría, de eso todos (tripulantes, observadores, curiosos, sirenas...todos) lo sabíamos.

A mi que siempre se me fueron las palabras más allá de lo que alcanzaron mis dedos, tu compromiso y tu entusiasmo me sirvieron de estímulo. Y vi, como más tenaz que nadie hacías prototipo tras prototipo, probando sin cansancio mil formas de navegar.

¿Sabeis lo que uno aprende tras un tiempo intentando mantenerse a flote? Que los vientos siempre soplan a favor de los mismos, pero que mucha gente remando junta hacen una fuerza tal que se consigue ir contracorriente.

Pero el otro día cuando te vi, mientras volaba, navegabas solo. Cuando aterricé en la cubierta de tu barco de papel, tu sonrisa se desdibujaba y tu mirada se oscurecía tristemente perdida. La seguí y enseguida vi qué pasaba. Hacía aguas, el casco se desquebrajaba... Y una pequeña charla me bastó para ver cómo te habían quitado las fuerzas y las ganas. Había cierto complot universal contra los barcos de papel...en las noticias aseguraban que no funcionaban, nos vendían a raudales barcos de plomo rellenos de aire. Y aquellos que te había escuchado o incluso apoyado un día miraban hacia otro lado, acostumbrados ya a que el mar se trague a la gente. Sueños rotos descubiertos flotando en el mar en la hora blanca... todos los colores menos el blanco...

Y tú allí, y nuestra charla allí, con el mar llegándonos a las rodillas, al pecho, a los ojos... ahogándonos. Agujereados y a la deriva por los vientos que siempre soplan a favor de los mismos... Y tu casco cada vez más agujereado: por los golpes con las duras rocas que son la indiferencia, la apatía, la desgana, la represión, los cañonazos de la policía al servicio de los vientos desfavorables de nuestros días...

Pero ¿sabes? Nadie que nunca ha estado a punto de ahogarse, entiende una mierda de la flotación.
Que todo el mundo sabe hacer aviones de papel pero lo difícil es hacerlos volar y no se aprende teorizando en los cafés, eso es seguro.

Que el mar no llegue a tus ojos, ni la deseperanza a tus manos. Las soluciones del mundo son más sencillas de lo que nos han hecho creer... Cada vez más personas ven que aunque nos echen cada intento a pique, este mundo no puede sostenerse mucho más a flote si no cambiamos.

Somos más de lo que piensan, somos más de lo que pensamos y de lo que quieren hacernos pensar.
Podrán pagarnos su miedo en plomo, que nosotros empapelaremos el mundo si hace falta. Porque los barcos de metal tienen que estar HUECOS para que floten, es pura armazón, si no se hundirían...pura cuestión de densidades...leyes básicas de flotabilidad.

Arriba, pequeños que nos quiten todo...menos la sonrisa y los sueños. A flotar se ha dicho...

[A todos aquellos que tienen mucho más coraje que yo, mil perdones cuando no estoy al pie del cañón, mil gracias por enseñarme el camino... En especial a ti. No pierdas la esperanza.

No habrá decretos que nos dispersen, ni leyes que nos prohiban, sonará la música en las calles, no habrá comida en la basura (ni leyes que prohíban reciclarla), no habrá PERSONAS tratadas como basura...Tenemos que tener fe en nosotros mismos, en el hombre...]

miércoles, 9 de marzo de 2011

Teorías sobre la flotabilidad II

nº2 FLOTAR O VOLAR 1

¿Flotan los astros? No, orbitan.
¿Flotan los pájaros? No, vuelan.
¿Flotan los parapentes? No, planean.

Entonces... ¿qué es flotar?
Esto...

( Unos labios se posan sobre las inquisiciones continuas y las deja en silencio, les roban todas las palabras y todos los signos de interrogaciones, porque en un húmedo roce están contenidas todas las respuestas).

miércoles, 2 de marzo de 2011

Teorías sobre la flotabilidad I

Nº1 POMPAS DE JABÓN

Un aro pequeño, del tamaño de una moneda aproximadamente. Un poco de agua con jabón. Un poco de aliento cargado de esperanza. Y se hace la magia. Algo que estuvo dentro de ti, tu aire ahora decorado con una película multicolor, cambiante, que fascina los sentidos...flota. Una parte de ti flota... magia...flota.

Si cierras los ojos puedes sentir una parte de ti suspendida en el espacio, si los abres puedes ver como la vida se puede tornar de colores, puede ascender, planear, fascinar, crear ilusiones, y de repente sin saber por qué estallar, salpicando a lo que esté cerca.

Para flotar un cuerpo tiene que ser menos denso que el líquido o gas en el que flota. ¿Nos fascinan las pompas de jabón porque son aún más ligeras que el aire? O quizás por ser de la materia de los sueños...tan liviana, tan bella, tan frágil. De la materia de la felicidad... que transforma los contornos, embelleciéndolos y encierra nuestras ilusiones...De la materia de la belleza...

Los niños persiguen las pompas, los perros persiguen las pompas... juegan a tocarlas una y mil veces hasta que estallan y ellos estallan en un mundo de risas y contoneos de cola. Y toca una y explota, y va hacia otra y explota... pero no importa porque en eso consiste el juego... en quedar exhausto tras correr e impregnarse de los trozos pequeñitos de felicidad. Acabar empapado, manchado y muerto de risa. Ni los niños ni los perros entienden de tensiones superficiales...

Los “adultos” (si puedo llamarme tal) sabemos que las pompas no pueden tocarse, que la belleza es inalcanzable, porque si uno la toca, explota. Algunos dicen que tiene algo que ver con las tensiones superficiales...y no sabría explicar exactamente en qué consiste...me imagino que algo a nivel epidérmico por eso de superficial. Sé que dos superficies epidérmicas en contacto crean tensión y belleza y estallan...no sé si tendrá algo que ver... Pero no creo, porque en el caso de las pompas de jabón nos quedamos extasiados, mirándolas, viéndolas flotar. Y quietos contenemos el aliento, esperando que nada la roce, que nadie nos rompa la magia ni la fantasía de los segundos de vida de la burbuja. Y a pesar de nuestro empeño fracasamos, porque nada hay más efímero que una pompa de jabón.

En un determinado momento choca con el suelo, con una hoja... y explota, o a veces ni siquiera choca con nada, sino se cansa de volar... Y nos quedamos con cara de estúpidos...inquietos... planteándonos ciertas teorías inservibles sobre lo efímero de la belleza, de la vida, de los sueños, del amor... que ni siquiera nos ha alcanzado.

Se acaba el agua, se acaba el jabón, se nos gasta el aliento. Volvemos a casa, llevando a un niño con las manos pringosas que sonríe. Algo de esa belleza se nos pega a las manos y nosotros también sonreímos... es un trozo de inocencia que se nos revuelve dentro. Un trozo de inocencia que nos insta a correr y explotar de vida.

De aquí la primera teoría de la flotación: para uno ser capaz de flotar tiene que reducirse a nada, pesar menos que el aire, saber que puede explotar, querer explotar. Hay que ser un niño, hay que ser perro, hay que impregnarse de vida, de belleza, de sueños y de amor. Olvidar las tensiones. Creer en la magia...

¿crees en la magia? ;)