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martes, 23 de abril de 2013

Luxación


Energía cinética.
Movimiento.
Energía eólica.
Vuelo.
En resumen.
Energía vital.




Hay muchas formas de ir por la vida.
En silencio. Estrepitosamente.
Más mal que bien. O más bien que mal.
Hay gente que va con las maneras más ensayadas.
O con la cabeza rayando el techo.
Yo voy, que no es poco.
Aunque por mi gran pasión inconsciente por el método ensayo-error, suelo ir por la vida a porrazos.

No es por hacer drama. Una se acostumbra.
Nunca he tenido repercusiones graves. Mi cuerpo sólo guarda las cicatrices de algunos mordiscos y algunos arañazos (de procedencia de mundos muy diferentes de lo que sus mentes están pensando). Y mi alma...mi alma lleva sus cicatrices con orgullo de felino y ligereza de pájaro. Ésa sí que tiene golpes. Pero es normal, la llevo saliendo por cada poro. Recubriendo mi piel.

Así de simple. A porrazos.

Una va corriendo.
Avanzando deprisa.
O se detiene.
A mirar el mar.
O se tira por una cuesta sin tener frenos.
O cosas de esas.

En fin, todo avanza y uno va por ahí como una máquina engrasada. Cinématica perfecta.

Un día, porque sí (váyase uno a saber por qué: una barrera física, un escalón, una piedra en el camino...un bache...un bache...) se da un frenazo.
Freno.
En seco.
Pero el alma sigue por inercia.
Tracciona.
Y algo falla.
Y tú lo notas.
El alma se luxa.

No hay fractura.
Lo sabes.
Nada se ha roto.
Aunque lo parece.
Duele como si lo estuviera.
Pero el alma es sumamente resistente a la fractura: puede ser porque está hecha de cosas levísimas. Como el amor o los sueños.
Pero se luxa. Más fácilmente cuanto más expuesta la llevas.

Eso significa de repente no está en su sitio.
No en el lugar que encaja.
No donde se articula con el resto y se mueve en consonancia.
No donde soporta tensiones, caídas.
Está en otra parte.
En otra parte...

Nadie puede reducirla.
Volverla a su sitio.
El alma es tan insustancial.
Tan grande o tan pequeña...
Se queda por ahí colgando.

Y vas por la vida con el alma
(o el cuerpo según se mire)
Luxado.

Hasta que un día,
mientras que vas por la calle con la cara partida en dos por una sonrisa
y el corazón partido en mil por un recuerdo.
Mientras que en tu zapato o pie izquierdo un cuento te acaricia el camino
y en tu mano derecha se despeñan palabras.
Mientras que en tu espalda el mar por el que surca un barco de papel te hace cosquillas.
Mientras que vas toda tú haciendo prácticas de preparación al vuelo o a la libertad...
Mientras que te vas apañando en una movilidad incierta,
avance con cinemática imprecisa y desalmada...


Se te cruza una ilusión en el camino.
Te saluda inesperadamente.
Te paras.
Y entonces...
la inercia...
te devuelve el alma a su sitio.
(El movimiento atrae el movimiento)



Energía cinética.
Movimiento.
Energía eólica.
Vuelo.
En resumen.
Energía vital.


(Conflicto permanente con fuerza de la gravedad,
caída...............)

(Caída.............................)


(Y vuelta a empezar)

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